

Una auténtica belleza viva, atípica y magnífica, donde se mezclan el frescor del espejo de agua y el olor de los cócteles. La Place Nationale es una joya arquitectónica testigo de la rica historia de la región. Los edificios porticados, las fachadas pintorescas y los detalles esculpidos crean una atmósfera que transporta al pasado. Su arquitectura única y su espejo de agua invitan a pasear, explorar y empaparse deun ambiente único. Los espacios abiertos y las terrazas de los cafés añaden un toque extra de dinamismo. No hay duda de que disfrutará sentado en uno de los cafés, tomando una copa y observando cómo se desarrolla la vida local ante sus ojos. Seguro que se contagiará del bullicio y la energía.