El punto culminante del casco antiguo, aquí está, monumental, encaramado a la gran escalinata. Sus líneas clásicas y la blancura de sus piedras, contrastan con las casas de ladrillo de los alrededores. Las cuatro imponentes estatuas de los evangelistas, te miran desde lo alto de la fachada. La vocación de poder del monumento, está intacta. Sumérgete en la guarida de esta gran dama con el alma cargada.
Desde la entrada, las 4 estatuas originales de los evangelistas te sorprenden. La resonancia es celestial y la luz pura inunda el inmenso espacio con una sobria suavidad. El vasto nef está bañado por una luz clara, que penetra bajo los perfectos arcos de las altas ventanas.


