Chocolate caliente@imagen de Sabrina Ripke de PixabayChocolate caliente@imagen de Sabrina Ripke de Pixabay
©Chocolate caliente@imagen de Sabrina Ripke de Pixabay
Dónde tomar chocolate caliente

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Ríndete al invierno… con una taza de chocolate caliente en Montauban

Publication du : 9 diciembre 2025

Cuando el frío se instala suavemente en Montauban, la ciudad se transforma en un auténtico refugio invernal. Bufanda anudada, gorro recogido, manoplas apretadas… sólo falta una taza de humeante chocolate caliente para que se produzca la magia. Ya sea en el corazón de la Place Nationale, en un pequeño salón de té escondido o en el elegante marco de un museo, Montauban está llena de lugares donde el frío se convierte en un placer. Con un chocolate caliente en la mano y la nariz aún sonrosada por el frío, descubrirá una ciudad más suave, tranquila e íntima.

Estas son nuestras direcciones para refugiarse en invierno

Una pausa para el chocolate en la Place Nationale

El vibrante corazón de Montauban

Cuando uno se sienta a tomar un chocolate caliente en la Place Nationale, está eligiendo uno de los escenarios más bellos de Montauban. Es impresionante en cualquier estación, pero en invierno se vuelve casi mágica. Bajo las famosas arcadas de ladrillo rosa, al abrigo del viento, la plaza forma un marco armonioso en el que detenerse. El pavimento adoquinado, las fachadas simétricas, los soportales dobles, únicos en Francia… todo aquí cuenta la historia y la elegancia de Montalbán. Cuando bajan las temperaturas, la Place Nationale revela una faceta diferente:

  • Su suave luz invernal se desliza sobre los ladrillos y hace brillar cada detalle arquitectónico,
  • Sus contrastes cálido-frío entre el aire fresco y el chocolate caliente humeante entre los dedos,
  • Su reconfortante tranquilidad, porque incluso en el corazón de la ciudad, el ambiente sigue siendo sereno, casi meditativo.

Abrigado con la bufanda y el gorro en la cabeza, se sienta en la terraza. Algunos establecimientos -como Les Cintres, L’Agora y Sacha’touille vos papilles- ofrecen acogedores plaids para prolongar este placer invernal. El simple hecho de sentarse bajo los soportales da la impresión de estar al abrigo del mundo. Podrá contemplar las fachadas, escuchar los pasos que resuenan bajo los arcos y observar el juego de luces y sombras que anima la plaza durante todo el día. Y cuando cae la noche, la Place Nationale se convierte en un auténtico teatro: la iluminación subraya la perfecta geometría de los arcos, las ventanas se adornan con reflejos dorados, y el conjunto crea una escena casi silenciosa, ideal para relajarse. En este marco único, tomar un chocolate caliente ya no es sólo una pausa gastronómica: es una experiencia Montalbán, un momento suspendido en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.

Casa Madeleine

El salón de té del museo Ingres Bourdelle

Un remanso de paz… ¡incluso sin visitar el museo! Situado justo a la entrada del museo Ingres Bourdelle, el salón de té Chez Madeleine es una dirección preciosa, discreta, casi secreta. Puede venir aquí sin visitar el museo, simplemente para disfrutar de este delicado capullo en el que se sentirá como en casa al instante.

La calidez del suelo de madera cargado de historia, la suavidad de las luces, los aromas gourmet de los pasteles que salen del mostrador… El ambiente invita a detenerse, respirar y saborear un chocolate caliente como pausa en la jornada. Es un lugar donde se puede desconectar de verdad: el tiempo parece detenerse, las voces son suaves, las tazas tintinean y las golosinas invitan. Es el lugar perfecto para entrar en calor antes de retomar las calles invernales.

El jardín de Pauline

Un paréntesis gastronómico en el Passage du Vieux Palais

Para llegar al Jardín de Pauline, hay que entrar en el Passage du Vieux Palais. Este solo gesto da la impresión de entrar en otro espacio-tiempo: el ruido de la ciudad se desvanece, la arquitectura te envuelve y el ambiente se vuelve íntimo.

El salón de té, cálido y delicado, suele ser descrito por sus visitantes como «encantador», «acogedor», «delicioso» y «lleno de dulzura». Muchos lo describen como «atemporal», con una cálida bienvenida y reconfortantes tentempiés… perfecto para tomar un chocolate caliente acompañado de un pastelito casero. Aquí, podrá disfrutar de su bebida como si estuviera en un refugio: tranquilamente, en un ambiente sencillo y cálido, donde cada detalle -desde la vajilla hasta la sonrisa del equipo- contribuye a la sensación de suavidad. Una auténtica joya escondida, ideal para una escapada invernal.

Las delicias de Léa

Un capullo de suavidad en el corazón de la ciudad

Abrir la puerta de Les Gourmandises de Léa es entrar en un mundo tierno, pastelero y gourmet. El lugar es como un capullo: cálido, luminoso y relajante. En invierno, el ambiente se presta maravillosamente a un chocolate caliente acompañado de un dulce casero. Se sentirá como en casa, envuelto por el aroma del chocolate fundido y la bollería recién horneada. La pausa se convierte en un auténtico momento de dulzura: sabor a infancia, calidez y confort, perfecto para recargar las pilas antes de volver a desafiar el frío de Montalbán.